domingo, 1 de marzo de 2009

Nuestra Propuesta.

En el taller Mamarrachos tenemos como objetivo generar un espacio propicio para la Expresión Plástica, creando y brindando las condiciones necesarias para la realización de una actividad que cumple un papel relevante en el desarrollo integral del ser humano; sobre todo durante la etapa infantil.

En un ambiente adecuado, a través de distintas técnicas y materiales, se estimulará a los niños para que descubran y desarrollen su capacidad creativa. Logrando, a través de la plástica, el encuentro con el disfrute y el placer de la propia experiencia creadora en interacción con sus pares.

¿Expresión Plástica?

La expresión plástica, además de su valor como lenguaje expresivo, es el cauce para la expresión de contenidos mentales de índole estética, y emocional (frustraciones, alegrías, deseos, ansiedades). También lo es para la expresión de contenidos cognitivos acerca de configuraciones visuales y espaciales, haciendo posible la materialización de las ideas junto con la formación y desarrollo de la propia motricidad, afectividad y cognición del niño.

Con respecto a su valor actitudinal, la expresión plástica es el medio idóneo para propiciar actitudes tales como “sentir percibiendo”, “ver interiorizando”, comprendiendo, descubriendo, etc.; gracias al placer derivado de los estímulos visuales, táctiles, y de experimentación que brinda, entre otros.

El término “expresar” responde a un “poner afuera” o a un “hacer público” lo que hasta ese momento era de dominio personal y privado. En el campo de la Expresión Plástica entonces, por expresar entendemos: transferir significados, contenidos y vivencias. El concepto “expresión” según la Lic. En Arte Mariana Spravkin, corresponde a un acto constituido por:

- una intención (deseo de expresar),

- una selección de significados (qué expresar),

- una selección de medios (con qué expresar),

- un determinado uso de medios (cómo expresar).

En tal sentido, los elementos (líneas, colores, luces, sombras, texturas, etc.), organizados y cargados de contenido simbólico expresan la personalidad de quien los realiza, ya que las características personales del autor se imprimen en el trabajo que ejecuta; por lo tanto, la importancia que adquiere la ejercitación de la expresión plástica en el desarrollo de la imaginación es innegable si se considera que al dibujar, el niño representa y organiza imágenes estructuradas por él, a partir de conocimientos y formas de pensar reales e ideales, pero enriquecidas por su facultad de imaginar.

Cuando el niño experimenta con diversos materiales y sobre espacios bidimensionales o tridimensionales, su propósito primordial es el logro de diseños que le permiten su realización personal, pues provocan en él diversos estados de ánimo: sorpresa, alegría, asombro, aprobación, y también rechazo.

Finalmente, enumeraremos algunos de los argumentos que justifican la necesidad de fomentar la expresión plástica, sobre todo en la etapa infantil:

- Su valor intrínseco, ya que el arte aparece, junto a las ciencias y la tecnología, como una de las facetas fundamentales del ser humano; por tanto, debe aparecer en la formación inicial del niño.

- Su adecuación al desarrollo madurativo. La psicología evolutiva pone de manifiesto que desde la adquisición del lenguaje oral hasta la culminación de las operaciones concretas, el período comprendido entre los 2 y los 6 años, está dominado por la función simbólica, la cual mantiene su relevancia en edades posteriores y cuyas manifestaciones básicas son el dibujo, el juego y el lenguaje verbal. Las tres se hallan íntimamente relacionadas y son justamente la base sobre la que se desarrollará la experiencia artística.

- Además de la función simbólica, la expresión plástica estimula el desarrollo de las siguientes funciones: emotiva, comunicativa, lúdica, creativa, estética, de hábitos y socialización.

- Desarrollo de la sensibilidad. La pedagogía cognitiva defiende que el conocimiento se origina y fundamenta en la percepción sensorial. La educación de la sensibilidad es la vía idónea para potenciar todas las operaciones mentales del sujeto. El desarrollo de la sensibilidad implica aumentar la capacidad de reconocimiento y discriminación de formas, colores, volúmenes, etc., y sus relaciones.

- Desarrollo de la capacidad creativa. Para el fomento de la creatividad, la actividad artística tiene un papel destacado, ya que requiere ejercitar el impulso creador y no la reproducción mecánica de lo ya conocido.

- Medio de autoexpresión. Las actividades plásticas son idóneas para dar rienda suelta a todo lo que el niño necesita manifestar.

- Desarrollo de la autoestima, ya que en la actividad plástica el niño se siente implicado completamente en la tarea que realiza por tanto, esta implicación debe ser potenciada y valorada positivamente para inducir al niño a confiar en sus propios recursos expresivos y hacerle comprender el interés que tienen sus trabajos cuando son verdaderamente personales.

- Multiplicador de los recursos expresivos. Junto a los lenguajes verbal y matemático, el lenguaje gráfico, así como el musical y el corporal, constituyen instrumentos básicos de comunicación.

Es importante sin embargo, comprender que la expresión plástica no solo permite al niño su manifestación como persona, sino también el disfrute y el placer de lo que hace, sabiendo que las experiencias que lleva a la práctica con materiales y técnicas diversas fortalecen su creatividad tanto como su personalidad.

Bibliografía:

- Olmo, Gabriel Fernando. “Evolución de la expresión plástica en los niños.”

- Castro Bonilla, Julieta. “La Expresión Plástica: un recurso didáctico para crear, apreciar y expresar contenidos del currículo escolar.”; en “Actualidades investigativas en Educación”, Volumen 6, Número 3, año 2006, ISNN 1409-4703